¿Qué es el curriculum?
- programa o plan de estudio.
- “lo que pasa en el aula”.
- Propuesta que cada escuela debe ofrecer.
- Ámbito de reflexión, estudio, análisis, investigación y teorización.
El curriculum escolar refleja una parte de la vida escolar, pudiendo detectar un:
- curriculum explícito.
- curriculum real.
- curriculum nulo.
- curriculum oculto.
Consideramos al curriculum como un espacio de encuentro y síntesis entre la producción de saberes, la selección de contenidos y la distribución de sentido que se le otorga a los mismos. Esto es una construcción histórica, política y pedagógica.
Todo curriculum implica una selección de la cultura que establece ciertas prioridades y jerarquías que señalan, lo que debe considerarse que establece válido y verdadero y lo que debe excluirse.
La escuela es un espacio de desarrollo donde el mayor desafío para los profesores es seleccionar bienes y prácticas culturales y reflexionar acerca de qué recorte de cultura transmitir, que identidades promover, cómo lograr que a escuela sea dadora de oportunidades para quienes allí se eduquen y que se lleven a cabo iniciativas culturales ajustadas a los alumnos.
Nos planteamos:
¿Qué enseñar?:
La pregunta sobre que es lo que no se puede dejar de enseñar es el largo listado de contenidos de nuestra propia escolaridad o de nuestra formación inicial como docentes. Comprobamos que muchos docentes “especialistas” en sus disciplinas, se encuentran con múltiples dilemas a la hora de recortar y seleccionar los temas o ejes organizados de los saberes especializados de las asignaturas a cargo. La función dadora encuentra cierta explicación en la formación enciclopedista y acumulativa combinada con la idea de un docente o proveedor de todo saber.
Es imprescindible reorganizar el curriculum en función de lo que ocurre en las familias de nuestros alumnos, en los lugares de trabajo, en la vía publica, en los lugares de decisión política o económica y enseñar aquello que los docentes, consideran necesario para que los alumnos ejerzan la ciudadanía y desarrollen las múltiples competencias que les permita resolver las diferentes situaciones y encrucijadas que la vida en la sociedad les presenta.
Hacer curriculum en la escuela es tomar decisiones adecuadas para los alumnos que esa escuela atiende. La relación entre escuela y sociedad, la cultura de la vida cotidiana y la cultura escolar parece estar cada vez más disociadas. Sin embargo hay diferentes posiciones al respecto: algunas sostienen la necesidad de mantener esta separación, ya que argumentan que los medios de comunicación o las tecnologías de la información constituye formas de socialización en la que los niños aprende mas allá de la escuela y otras posturas las adopta como complementarias ya que los niños aprenden más allá de la escuela y otras posturas las adopta como complementarias ya que la escuela tiene mucho, propio y legítimo para enseñar es necesario indagar que les pasa a los adultos y decentes, como usuarios de estas nuevas modalidades tecnológicas.
¿Quién define el curriculum?
Las instituciones educativas poseen esta potencialidad para actualizar esencialmente el curriculum existente, a partir de una adecuada e innovadora gestión curricular que tenga como objeto organizar los saberes relevantes partiendo del contexto escolar.
Reflexión acerca de la autonomía curricular de las escuelas:
La toma de decisiones curriculares en el ámbito de la escuela supone dedicar tiempos y espacios para organizar las intenciones educativas de los docentes, como también para establecer y prever las estrategias y criterios para su implementación. A la hora de seleccionar y articular los contenidos para la enseñanza de una asignatura en particular, se hace necesario considerar varios criterios, de orden más epistemológico y didáctico. Como por ejemplo:
- la coherencia con la lógica de la/s disciplina/s académica/s de la/s cual/s depende/n los contenidos de la materia.
- La jerarquización y vinculación de unos contenidos con otros.
- La determinación de los contenidos o saberes previos que los alumnos deberían haber aprendido en otros años de su escolaridad.
- La continuidad y progresión de los contenidos a lo largo de todo el nivel (secuenciación al interior de la asignatura y con respecto al resto de las materias del área).
¿Qué lugar ocupan los docentes en la cuestión curricular?
Los docentes acuerdan y apoyan los cambios que se proponen en forma conjunta con el equipo directivo, para una mejora educativa, pero en la práctica no todos logran encarnar estos cambios. Se visualiza así diferentes maneras de llevar a la práctica pedagógica, el estilo pedagógico adoptado por la institución.
En las instituciones escolares se trabajan diferentes temáticas que “hacen ruido en la escuela”, modificando estrategias, implementando proyectos, acordando norma o pautas diversas impartidas por un equipo directivo con un aparente acuerdo por parte del plantel docente, pero no se enfoca el problema, partiendo de los supuestos que la situación tiene para cada uno de los actores implicados. Cuando hablamos de un “aparente acuerdo” queremos expresar que muchas veces verbalizamos lo que el otro espera de nosotros o desea escuchar por parte nuestra.
Muchas situaciones resultan conflictivas debidos a nuestros propios pensamientos, a simplificar acerca de los demás, determinando éstas nuestras palabras y conductas. Otras veces, preferimos afrontar problemas complejos, como una solución mágica.
En cuanto a la enseñanza, están quienes son partidarios de trabajar a partir de los saberes previos de los alumnos, recuperarlos e intervenir en consecuencia, y están también aquellos que opinan que la escuela debe reponer los saberes no adquiridos en etapas anteriores reeducan o volver a educar. Para poder modificar esto se debe hacer una orientación pedagógica, desde un modelo de gestión que busquen la transformación y la mejora escolar a partir o volver a educar, como en otros tiempos.
¿Cómo ven los docentes el curriculum y las prácticas?
Los docentes vislumbran por un lado la necesidad de transmitir saberes legitimados a través del tiempo para lo cual ha sido creada la escuela, como la alfabetización y la enseñanza de la matemática y otras disciplinas; pero también ante la transformación cultural y los avances tecnológicos siente la necesidad de realizar cambios.
Pero en general los cambios que suelen realizarse terminan siendo superfluos, aparentes, sin lograr producir modificaciones que posibiliten “avances cualitativos” para mejorar la calidad educativa.
¿Cómo pensar el curriculum y las prácticas?
Se puede tomar conciencia de los efectos del curriculum en las relaciones de poder y en la identidad de los sujetos y de las sociedades, si se reconoce que es un producto histórico-cultural y que no es producto técnico, racional y neutro materializado en una “plantilla” de contenidos.
Pensar el curriculum en función de su contexto histórico, de quienes lo construyen y de los efectos que producen en sus destinatarios, serían los primeros pasos a la hora de rearmar la propuesta curricular de las escuelas. La elección de temas y contenidos por parte del equipo docente puede generar proyectos interdisciplinarios, proyectos de vinculación con campos de prácticas complejas; competencias intercolegiales; olimpiadas o concursos internos; producción de materiales multimediales para el uso y difusión de actividades y temas de interés vinculados con las distintas asignaturas; experiencias de campo apoyadas en guías de trabajo para la profundización de contenidos específicos y/o operativos para los alumnos: experiencias de aprendizaje-servicio o tareas solidarias; proyectos de investigación e intercambio desde la modalidad seminario; definición de espacios curriculares propios, según las orientaciones y especializaciones de la escuela.
¿Cómo transmitir los saberes?
Para articular y organizar los contenidos y saberes, de modo que permita reconocer los grandes problemas que atañen al hombre en el mundo, es necesaria una transformación de nuestra forma de pensar. Pero esta reforma en al práctica se ve en gran medida obstaculizada por el mismo sistema educativo que tiende a fragmentar los saberes según las disciplinas dificultando una nueva reorganización de los contenidos capaces de aprehender la complejidad de la realidad en sus contextos y en conjunto. Hay “nuevos formatos escolares” que intentan flexibilizar los cánones de la escuela tradicional en término de abordajes del currículo, de apoyo a los estudiantes y de adecuación a las características de la población a la que intentan alcanzar. Algunas escuelas organizan el espacio el tiempo de trabajo de otro modo, creando una serie de dispositivos curriculares y organizacionales para garantizar el trabajo pedagógico (proyectos, talleres, tutorías, clases de apoyo, entre otros). El
“aula escolar” es un espacio donde se plantean situaciones con problemas auténticos, propios de un contexto determinado, donde se promueva a los alumnos, poniendo en juego habilidades diversas, por medio de grupos de investigación, trabajos cooperativos, colectivos de búsqueda, etc.
Crear situaciones de aprendizaje en el mismo espacio institucional que permita el enriquecimiento e intercambio, dentro y fuera del aula, entre los diferentes cursos. Incorporar a las propuestas pedagógicas los recursos que proveen las tecnologías de información y comunicación. También, plantear proyectos de vinculación con el entorno social de la institución escolar, enriqueciendo de esta manera los procesos educativos por medio de la interacción social y campos de prácticas complejos. Este tipo de proyectos y programas permiten en los alumnos activar la motivación, despertar sus deseos por enfrentar y resolver desafíos inherentes a sus inquietudes y realidades. ¿De qué manera?
1)- captando su atención, despertando su curiosidad.
2)- mostrando la relevancia de lo que han de aprender.
3)- creando las condiciones para mantener su interés.
¿Qué decir sobre la evaluación?
El tema de evaluación será abordado en el transcurso de la última unidad del programa del presente curso.
